Sí, ayer fue uno de esos viernes que por un lado deseas olvidar, pero por el otro no. Agridulce, como la vida misma.
Fue intenso, triste, combativo, nervioso, decepcionante, acompañado, solitario, estudioso, trabajador, inaugurado, festejado, encontrado, divertido, alegre, dual, cómodo, blanco y suave.
Al final, siempre me decido por meter los días en el cajón del "sí", por muy malos que hayan sido.
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