sábado, 2 de octubre de 2010

I book you

Uy, a mí ya no me engañan. Después de una tormenta, siempre llega otra tormenta. Pero es más fácil así, porque no hay tiempo a bajar la guardia.

A la espera de poder terminar No matarían a una mosca, lo paso realmente bien con los ambientes de Pío Baroja en La Busca, me gusta la Casiana con su dudoso negocio y la Irene, que se deja llevar, por ahora, por el ocio compartido con los hombres y no el trabajo compartido con los hombres.

En mi mente se esconde una posible relectura de Las Olas de Virginia Woolf, sólo si encuentro el tiempo que se me cayó del bolsillo hace unos días.

4 comentarios:

Humberto Dib dijo...

Hola, Isabel, entré a tu blog por casualidad, me pareció magnífico, no quería salir sin decírtelo.
Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío que es de literatura.
Un abrazo desde Argentina.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com

Anónimo dijo...

determinar los acontecimientos es como morir, menos mal que eso esta muy lejos de ser cierto porque en las ecuaciones pocas veces estamos solos y si ni siquiera podemos en ocasiones controlarnos a nosotros mismo que decir de los secundarios

Unknown dijo...

deconstruye el tiempo :)

Isabel dijo...

Leonardo, lo he intentado... pero creo que el determinismo no es lo mío, así que puedo estar tranquila. En cuanto a los secundarios, sí, son salvajes casi siempre :)

Kataplof!, pero tú sabes hacer eso?? enséñame!