martes, 14 de diciembre de 2010

Unas horas en Lisboa.

Lisboa es como una ciudad a gran escala.
Es curioso, porque hace muchos años, mis padres me llevaron a Lisboa y yo, con mis 7-8 años, me sentía como una pulga saltando entre los edificios que se inclinan sobre las aceras y sobre las plazas tan amplias que se podría hacer una revolución en ellas.
Y es cierto, a veces no importa lo mucho que crezcas, porque esa sensación no se marcha. Ni en las aceras invadidas por los altos edificios, ni en las plazas, ni en las calles dominadas por viejos tranvías. Ni siquiera en el espacio de la Expo, donde podrían vivir tranquilamente los titanes.

Y aquí estoy yo, en mi casa de nuevo, pensando que me he dejado algo en aquella ciudad que aún tiene la capacidad de sobrecogerme (o de disminuirme).

2 comentarios:

Ani dijo...

Fue un 'road trip' genial! Cuándo volvemos? :D

La próxima conduzco yo! jijiji

Antía dijo...

Conducirás tú??? uy uy entonces yo espero al siguiente coche, jejeje

Ah, y del hotel me ocupo yo!! ;)