lunes, 21 de marzo de 2011

Princesas, Madames y demás.


"Y la señorita, que apenas tenía pasado que contar, lanzábase a los espacios del suponer y del presumir, armando castilletes de vida futura, como los juegos constructivos de la infancia con cuatro tejuelos y algunos montoncitos de tierra. Eran la historia y la poesía asociadas en feliz maridaje".
Tristana, Benito Pérez Galdós.

Reconozco que me encantan las novelas en las que celestinas, sirvientas o damas de compañía se esconden en los armarios de la cocina con sus amados; mientras la señorita se peina en su habitación a la espera de que su marido no sea muy mayor o muy gordo.

¡Ay esos amores indebidos! A las mujeres literarias no hay quien las controle.




1 comentario:

Ani dijo...

¡Y que no se controlen, por favor!

que fluyan!