La vida era mucho más bonita e inspiradora cuando éramos niños.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
El día de ayer recordé mi infancia, recordé mi niñez. Muchos flashes de cuando jugaba con espadas de plástico, de cuando me ponía casco de militar, de mis escapadas en bicicletas, mis heridas y mis llantos.
Le decía a Javiera que disfrutara su niñez, que las etapas pasan tan rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya viene la adolescencia con toda esa inestabilidad a flor de piel, y ser adulto implica mucho más...
Lástima que la niñez dure tan poco. Me encanta la ingenuidad de los niños. Aún no pierdo eso, y eso es bueno y malo. Puedo parecer dulce o demasiado ilusa y/o tonta.
3 comentarios:
El día de ayer recordé mi infancia, recordé mi niñez. Muchos flashes de cuando jugaba con espadas de plástico, de cuando me ponía casco de militar, de mis escapadas en bicicletas, mis heridas y mis llantos.
Le decía a Javiera que disfrutara su niñez, que las etapas pasan tan rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya viene la adolescencia con toda esa inestabilidad a flor de piel, y ser adulto implica mucho más...
Lástima que la niñez dure tan poco. Me encanta la ingenuidad de los niños. Aún no pierdo eso, y eso es bueno y malo. Puedo parecer dulce o demasiado ilusa y/o tonta.
Besitos!
¡Qué bélica era tu infancia! Espadas, cascos...
No, la ingenuidad relacionada con la niñez nunca es ilusa,es esperanzadora. Creo yo.
Aunque por momentos tengamos que olvidarla.
Pero además de belicosa también era dulce...
Y sí, la ingenuidad relacionada con los niños puede ser esperanzadora.
Publicar un comentario