50 días más tarde, todo ha acabado. Creo poder decir que no he cambiado enormemente, tan sólo un ligero color en la piel y un poco más delgada. Algo más reflexiva (pero poco) y eso sí, a base de ocuparme de dos niños pequeños, con mucha más paciencia para todo.
Lo bueno de los finales es que vienen seguidos de un montón de comienzos: preparativos, reencuentros, idas y venidas... Y es cierto que a mi me encanta comenzar... es la mejor parte de las cosas.
Teniendo en cuenta lo inconstante que soy últimamente no puedo prometerlo, pero me gustaría continuar con el blog... más que nada porque el nombre de blogcomía me parece precioso y no quiero desaprovecharlo. Además, pronto empezarán las extrañas aventuras y vivencias de nuestro nuevo piso y creo que este sería un buen sitio para contar algunas de ellas... otras mejor no ser contadas jamás.
Y prometo poner, algún día, fotos del viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario