el tatuaje

Recuerdo que hace mucho tiempo Marta y yo prometimos que al cumplir 20 años las dos nos haríamos un tatuaje; he de reconocer que jamás creí que eso llegase a cumplirse. Hasta que Marta se hizo un tatuaje a los 20 años. En ese momento tuve que comenzar mi proceso de selección: qué, cuándo y dónde.



Lo primero que tuve claro fue el qué. Soy una mujer que siempre ha admirado a las mujeres, el símbolo de la mujer es lo único de lo que jamás me podría arrepentir.

Para el dónde hubo dudas... primero pensé en el tobillo, pero, a decir verdad, la parte de mi cuerpo que más me gusta son las muñecas. Así que ¿por qué no ahí?

Y el cuándo... Es cierto que no cumplí al cien por cien la promesa, pero el 3 de Septiembre de 2009 fue un bonito día para hacérselo.





El dolor es desagradable, pero soportable. Sobre todo si te dan una caricia cuando ya te cuesta un poco soportar el zumbido.

Sí, aun está en relieve y me duele un poquito... Os confesaré que aun temo una gangrena o que haya una infección desconocida que acabe con el brazo. Pero es porque soy muy paranoica.